Ciudad de México, julio 2.- El Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)
cumple este martes cinco años en vigor como una probada herramienta que ha
aumentado casi un 50% el comercio interregional, lo que resalta su importancia
de cara a una inminente renegociación en medio de la guerra
arancelaria global desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
El acuerdo fue firmado en 2018 durante el primer mandato de
Trump e implementado el 1 de julio de 2020 para sustituir al anterior TLCAN, -
considerado por el neoyorquino como "peor acuerdo comercial en la historia
de Estados Unidos"- y modernizar la forma en las que hacían negocios los
tres poderosos vecinos norteamericanos.
Desde entonces, el comercio dentro del bloque aumentó un
48.75%, según estimaciones del Centro Adrienne Arsht para
América Latina del Atlantic Council, un crecimiento que "subraya el
fortalecimiento de los lazos económicos" de la región, dijo a EFE Enrique
Millán Mejía, experto en desarrollo económico de ese centro de pensamiento.
"En 2024, el valor del comercio intragrupo entre los países del T-MEC alcanzó aproximadamente 1.1 billones de dólares, lo que representa aproximadamente el 49.16% de las exportaciones totales del bloque", destacó.
Durante las disrupciones a las cadenas de suministros provocadas
por la pandemia de Covid-19 el acuerdo aportó una "mayor resiliencia e
interdependencia" al bloque comercial, con un Producto Interno Bruto
(PIB) combinado de más de 26 billones de dólares.
El T-MEC frente a los aranceles de Trump
El convenio facilita el intercambio de bienes y servicios
entre los tres países, a los que exime de la mayoría de gravámenes, una
disposición que ahora ha sido puesta a prueba tras el regreso de Donald
Trump a la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense anunció en febrero que
castigaría a México y Canadá con un arancel del 25%, por considerar que no
hacen lo suficiente para luchar contra la migración irregular y el tráfico
de fentanilo a través de las fronteras comunes. Sin embargo, un mes
después congeló la aplicación de estos impuestos.
Aunque Ottawa y México no están
afectados de momento por los mal llamados "aranceles recíprocos" de
Trump, sí soportan gravámenes estadounidenses del 25% sobre el acero y el
aluminio, así como impuestos sobre partes de autos fabricados en ambos países
que no estén sujetas al TMEC.
Retos de cara a una renegociación
Según lo acordado, el T-MEC deberá ser renegociado
obligatoriamente antes de julio de 2026, un proceso que podría estar
empañado por la incertidumbre que aporta la volátil política comercial de
Washington.
El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, anunció
en mayo pasado que ese proceso comenzaría en el segundo semestre de este año.
Durante un encuentro en mayo con el primer ministro
canadiense, Mark Carney, en el Despacho Oval, Trump valoró positivamente
el tratado comercial trilateral aunque dijo que sus socios no lo han
respetado. Su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, aseguró poco después
que no hay señales de que el acuerdo vaya a desaparecer y dijo esperar que
"la revisión o la renegociación pues sea poca".
La semana pasada Trump anunció que detenía con "efecto
inmediato" la negociación comercial con Ottawa en respuesta a un gravamen
canadiense a empresas digitales estadounidenses. Poco después Canadá retiró
el impuesto y ambos países retomaron las conversaciones.
"Es claro que los tres países quieren agilizar el tener
un proceso de revisión para acelerar temas como mayor acceso a mercado, mayor
agilidad en la facilitación del comercio, prevención de triangulación de
comercio desde terceros países, en particular China y Sudeste Asiático, así
como los temas relacionados con el capítulo de inversión extranjera, y
obstáculos técnicos al comercio entre otros", concluyó el experto del
Atlantic Council. (Latinus)
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